3. La realidad nos muestra
permanentemente hechos de
violencia generados
principalmente por adolescentes.
Entonces nos hicimos el siguiente
planteo:
¿De qué manera influye la familia
en el comportamiento violento de
los adolescentes?
7. Se ha definido a la violencia como el uso
de una fuerza, abierta u oculta, con el
fin de obtener de un individuo o de un
grupo lo que no quieren consentir
libremente.
8. Así entendida, la violencia siempre es
una forma de ejercicio del poder
mediante el empleo de la fuerza ya sea
física, psicológica, económica, etc. E
implica la existencia de un “arriba y un
abajo”, reales o simbólicos.
10. La familia es la célula básica
en la vida del hombre. Tiene
la función de proporcionar a
sus miembros protección,
compañía, seguridad, amor y
apoyo emocional necesarios
para el desarrollo integral de
la persona.
12. La adolescencia es la etapa de desarrollo
humano, en la que se consolida la identidad
personal. En ella están presentes muchos
valores como el amor, la amistad, la libertad, la
autosuficiencia, la vanidad, el respeto, el amor
filial, pero también, disfruta o padece otros
valores que le son propios, como la ignorancia,
la evasión, la educación, el afán de superación,
la identidad y la cultura.
18. Es toda acción u omisión
cometida en el seno de la
familia por uno de sus
miembros, que menoscaba la
vida o la integridad física o
psicológica, o incluso la
libertad de uno de sus
integrantes, que causa un serio
daño al desarrollo de su
personalidad, aunque no
configure delito.
20. Es importante identificar las
actitudes y los
comportamientos de cada uno
de los integrantes de la familia.
Distinguir entre ellos aquellos
que propician la armonía y el
común acuerdo de los que
incitan a situaciones violentas.
21. Las relaciones familiares
afectuosas, además de ser unos de
los mayores bienes a que se pueda
aspirar en la vida, abren a los
niños/as y adolescentes mayores
posibilidades de convertirse en
personas sanas, amorosas, felices y
en ciudadano concientes de sus
derechos y obligaciones.
24. • El novio/a controla todo lo que realiza su pareja, exige explicaciones por
todo y pretende conocer hasta su pensamiento más recóndito pues no
quiere que tenga “secretos” con él.
• De manera permanente vigila, critica o pretende que cambie su manera
de vestir, de peinarse, de hablar, de comportarse, entre otras.
• Monta escándalos en público por lo el/ella u otros dijeron o hicieron.
• No reconoce ninguna responsabilidad sobre la responsabilidad sobre la
lo que les sucede a ambos.
• No pide disculpas por nada.
• Es seductor/ora y simpático/ca con todos, pero a su pareja la trata con
crueldad.
• No le presta atención a su pareja y con prepotencia asegura saber más
o tener más experiencia.
• Decide por su cuenta, sin consultar ni pedir opinión a su pareja, ni
siquiera en cosas que atañen a el/ella sola.
26. • La violencia es una conducta aprendida, previa a la información
de pareja y no cambia espontáneamente por la voluntad o las
personas.
• Requiere un trabajo de cambio orientado por especialistas.
• Celar quiere decir “cuidar”, no aprisionar a una persona. Lo
celos no son una demostración de amor, representan un abuso de
poder. Por eso, aunque consiga dominarlo/a o encerrarlo/a no
deja de manifestar sus celos, distorsionando situaciones o
haciendo acusaciones desde su imaginación.
• De todas las mujeres asesinadas por sus parejas, el 25% de ellas
son novias (entre 14 y 25 años) que creyeron en el amor
romántico en lugar de velar por sí mismas y su seguridad.
• Si no puede dejar a una pareja violenta, y está atrapado/a en el
ciclo que alterna maltrato con arrepentimiento, miedo con lástima,
etc.
27. ¡ATENCIÓN!
Pida ayuda a especialistas en
violencia familiar, en el Centro de la
Mujer de su Provincia.
29. Realizado el trabajo de investigación se llegó a la
conclusión de que la violencia es una conducta
aprendida, y la familia influye en el comportamiento
violento de los adolescentes. Uno de los principales
factores es el abandono en sus diversas
manifestaciones.
Esta conducta violenta que presentan los
adolescentes debe ser interpretado como un llamado
de auxilio y por lo tanto, debemos alentar para que
ese comuniquen con sus padres y les cuenten sus
emociones, sus dudas y tristezas. Por su parte, los
padres deben tomar conciencia de que esos actos de
violencia no son una travesura, ni un tema menor.
Deben buscar un momento propicio para el diálogo.